sábado, 22 de enero de 2011

DIFÍCILES, RETOS DE LA RADIO COMUNITARIA EN CHILE





Adriana Cedillo

El panorama actual para la radio comunitaria en Chile no se percibe fácil en un contexto donde prevalecen los intereses económicos de los grandes medios comerciales, por encima de la comunicación popular y la difusión de movimientos sociales. De ahí que, hoy en día se emprende desde lo local, una lucha por mejorar técnicas de cobertura, reconocer la libertad de expresión y acceder a fondos de financiamiento.

“En Chile hay dos grandes dificultades: el increíble poder que tienen los medios comerciales, que tiene que ver con poderes fácticos (casi como el poder de la Iglesia Católica hace veinte años atrás) y, la nula voluntad política que tienen legisladores y las autoridades de la Concertación y ahora de la derecha, por legislar la pluralidad en el sistema mediático”, señaló Juan Ortega, representante de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) en Chile.


El reto es reabrir el debate de los medios comunitarios: Ortega

“El tema de la comunicación en Chile está fuera de debate principalmente porque hay una presión muy fuerte de los grupos económicos y, después de 20 años de camino hacia la democracia, la audiencia cambió. Tenemos una audiencia que no está acostumbrada a recibir contenidos reflexivos y está acostumbrada a recibir inmediatez”, afirmó Ortega Fuentes.

En entrevista, el presidente de AMARC, sostuvo que “el gobierno siempre está pendiente de levantar de la mesa el tema de la comunicación comunitaria, no como un derecho humano, no como el derecho a las organizaciones o como una arista de desarrollo local”.

“Nunca se ha visto a la comunicación como una herramienta, yo creo que no solamente hay un olvido, sino una intención marcada de no tomarla en cuenta. Me tocaba conocer el tema de radios comunitarias en otros países, donde efectivamente hay un desarrollo y un avance que es mucho mayor también” apuntó.

Añadió que “en Uruguay y en Argentina se logró una coalición por la democratización de las comunicaciones que involucró Universidades, colegios de periodistas, premios, profesores y lo que hicieron fue que el Estado regulara sobre el espectro radioeléctrico y lo partió en tres tercios: un tercio para el sector público, un tercio para el sector privado y un tercio para el sector comunitario, con igualdad de condiciones de desarrollo. En Chile estamos muy lejos de eso”.

“En la radiodifusión, ocurre que tenemos el 60 por ciento del espectro FM en Santiago en manos de consorcio español Prisa, y que no se consolida en dictadura sino que se consolida en democracia, gracias a los terribles aportes que hizo el gobierno a través de la publicidad estatal con los dueños de los consorcios”, precisó.

Actualmente, este grupo es dueño de las radios W, 40 principales, Bésame, Activa, suma Concierto, Pudahuel, Corazón, FM2, Imagina, Rock & Pop, Futuro y FM Hit. Seis de estas, entre las primeras diez emisoras de mayor audiencia y se estima que la mitad de la inversión publicitaria nacional va a este sector.

El presidente de AMARC Chile también explicó que, “durante la época de la dictadura, hubo muchos intentos de lograr prensa alternativa un periodismo y un rol de comunicación muy diferente, sin embargo, todas esas revistas murieron no sólo porque el Estado las ahogó sino también porque la empresa privada impuso un modelo neoliberal de comunicación que comió al modelo más reflexivo”.

“Ahora, el problema de los movimientos sociales es que tampoco han desarrollado estrategias comunicacionales a doc a los tiempos. Entonces estos movimientos se quedan en el discurso, en la gran consigna ideológica que declara que el Estado es represor, que el Estado está matando, etc., que está muy bien porque efectivamente hablan de una verdad; pero no logra traspasar el ámbito de los convencidos, no logra pasar el ámbito de los que están siguiendo el movimiento y a los medios que tienen una gran audiencia, que se van renovando.

“Ejemplo de esto es el uso de las redes sociales, que están ávidas de nuevas formas comunicativas y yo creo que el desafío de los movimientos sociales es saber cómo entrar en esa lógica para lograr permear la agenda pública nacional”, concluyó.


Pluralidad vs intereses económicos

“Sabemos que hoy en día se maneja casi toda la información a través de la concentración de medios de algunos conglomerados que están ahí, tanto en radio, televisión o prensa. Entonces, nosotros creemos ser al menos una alternativa en función”, señaló Alberto Cancino, representante de la Asociación Nacional de Radios Comunitarias y Ciudadanas de Chile (ANARCICH).

El activista manifestó que “las radios comunitarias chilenas se ubican en los sectores marginados, están en todas las partes del país y en todas las comunas. Entonces, creemos que la gente que está detrás de nosotros, la gente de las comunas y el ciudadano común que busca un medios de comunicación distinto participan como actores que interactúan en las radios”.

“Nosotros siempre hemos dicho y planteamos que este proyecto está en función de establecer medios de comunicación pluralistas, diversos, participativos. Yo creo que esa es la característica, la identidad que tienen estos medios de comunicación denominados comunitarios y de la cual nosotros nos jugamos por ella, en que realmente asegure espacios para la diversidad, para la participación, para la tolerancia en temas que a veces no tienen cabida en los grandes medios de comunicación”, subrayó.

“En ese aspecto –agregó-, la radio comunitaria ha entregado y dado la posibilidad de que a través de sus micrófonos, ellos hagan llegar sus demandas, sus propuestas”.

En 1990 surge el movimiento de radio comunitaria en Chile y fue en 2000 cuando se constituyó la ANARCICH (Asociación Nacional de Radios Comunitarias y Ciudadanas de Chile) que, actualmente, integra más de 300 frecuencias en todo el país.

Durante nueve años, hasta 2009 representantes de radios comunitarias se reunieron en asambleas constituidas por redes, a lo largo de todo Chile, con el ánimo de concretar la actual Ley de Radiodifusión Comunitaria.

“Se construyó en la propuesta de radiodifusión que fue entregada en el 2007 a través de un acto que hizo la presidenta Michel Bachelet, en la Moneda y ahí es donde se constituye un acto para la presentación de este proyecto en el Congreso y así es como en mayo de 2010 se aprueba la ley”, explicó Cancino.

“Principalmente –añadió- la propuesta consiste en establecer mejores condiciones para la radiodifusión comunitaria, especialmente en materia jurídica y técnica y por otra parte, darle un estatuto jurídico propio a la radiodifusión comunitaria, que le permita ser reconocida como un actor social, dentro del tema de la comunicación en Chile”.

En este sentido, enfatizó la importancia que con la nueva ley se podrá difundir publicidad comercial. “Nosotros sostenemos la importancia de que una radio comunitaria pueda sostenerse, se pueda sustentar porque hay que pagar impuestos y personal que pueda estar cobrando para el desarrollo de los gastos que implica el mantener estos medios, ya que de otro modo, no podríamos continuar nuestra labor”.


La nueva ley de radios comunitarias

El pasado mes de mayo, el senado aprobó la nueva Ley de Radios Comunitarias que establece, entre otros puntos: el otorgamiento del espectro radioeléctrico, los parámetros para adquirir concesiones así como la posibilidad de incluir publicidad comercial.

Así, el otorgamiento de un segmento especial del espectro radioeléctrico (entre el 107.1 y 107.9); la potencia radiada será de 1 watt y su máximo de 25 watts. Otro punto es que, el plazo de las concesiones, será de 15 años y la concesionaria gozará de derecho preferente para su renovación.

Además, “sólo podrán ser titulares de una concesión, las personas jurídicas de derecho privado sin fines de lucro y que estés constituidas en Chile y tenga domicilio en el país. Los órganos de la administración del Estado no podrán participar directa ni indirectamente en la explotación de los servicios”, detalla el documento de ley.

Y finalmente, se determinó que las organizaciones concesionarias de servicios podrán difundir menciones comerciales o de servicios que se encuentre en su zona de cobertura para financiar las necesidades propias de la radiodifusión, al tiempo que se permitirá difundir propaganda política y electoral.

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