sábado, 11 de septiembre de 2010

viernes, 10 de septiembre de 2010

11 DE SEPTIEMBRE DE 1973



Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará.

Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

SALVADOR ALLENDE, PRESIDENTE DE CHILE, 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973

miércoles, 1 de septiembre de 2010

BICENTENARIO DE CHILE, EL PASADO Y EL PRESENTE



Adriana Cedillo

En camino hacia la reconstrucción del país, de su historia y de sus formas de reorganización política, el Bicentenario de Chile permite hacer una suerte de reflexión, desde ópticas distintas. Así, con una serie de festejos y magnas obras, la República de Chile rememorará esta fecha, el próximo 18 de septiembre.

Esta conmemoración, está marcada por dos recientes sucesos: el terremoto del pasado 27 de febrero que azotó la zona centro sur del país y, el reacomodo político que, tras veinte años de mandato de la Concertación, da el poder presidencial a la derecha.

Chile, vive esta celebración en un escenario de otros ocho bicentenarios de países latinoamericanos, que desde el 2007, conformaron la instancia multilateral “Grupo Bicentenario”, con el objetivo de promover y organizar de forma conjunta esta conmemoración.

Plan Bicentenario


El Plan Bicentenario fue creado junto con la primera Comisión Bicentenario durante la presidencia de Ricardo Lagos en 2002. Actualmente, esta oficina está a cargo de Pauline Kantor, quien tomó la responsabilidad de concluir la tarea, después de haber estado en manos de Javier Luis Egaña, durante los últimos años en que gobernó la Concertación.

De este plan se destacan grandes obras viales y de infraestructura: la Plaza de la Ciudadanía, el Gran Parque Mapocho, el Centro Cultural Palacio de la Moneda, el Centro Cultural Gabriela Mistral, el Nuevo Museo de Bellas Artes, la Remodelación del Estadio Nacional, el Telescopio E-ELT Bicentenario, el Museo Esmeralda Iquique, el Memorial 27/02, la colocación de 200 placas en edificios históricos, la ampliación del Museo de Arte Precolombino, entre otros.

El próximo 4 de septiembre, dará inicio la primera etapa del Centro Cultural Gabriela Mistral y el 12 del mismo mes, la remodelación del Estadio Nacional. Otras obras, que serán iniciadas durante este año, se espera que sean concluidas durante el 2011.

Por otra parte, están los festejos de fiestas patrias, los cuales ascenderán a casi 3 millones de dólares. Así, el presidente Sebastián Piñera anunció la calendarización de las semanas patrias, las cuales estarán divididas en la Semana de Unidad Nacional, la Semana de la Memoria Republicana, y; finalmente, los días 18, 19 y 20 de septiembre, se realizarán desfiles militares y navales en las ciudades de Santiago y Valparaíso.

A esta serie de festejos, aunque no como parte del Plan Bicentenario, se han sumado las cadenas más importantes de la televisión chilena. De forma tal que, el Canal 13 lanzó desde el 2005 diversos programas alusivos a la fecha y, otras cadenas de televisión como Chilevisión, Televisión Nacional de Chile (TVN), La Red y Mega también se agregaron a esta generación de contenidos.


“La celebración debe ser republicana y sencilla”: Concertación

El vicepresidente del Partido Socialista, Juan Valdés, señala que los festejos “deben permitir celebrar con dignidad, pero también entender y ser solidarios con el dolor de muchos chilenos que no están en condiciones de celebrar muchas cosas este año”.

“Chile en este bicentenario está atravesado por una de las tragedias quizás, una de las más importantes de toda su historia, un terremoto de 8,8 grados, que dejó muchas dificultades de subsistencia, pero tampoco podemos parar; entonces, esta es una situación con muchas contradicciones porque uno quiere celebrar este año, pero también tenemos esta circunstancia”, apunta Valdés.

Además, “el Bicentenario es una fecha importante para una sociedad que ha cumplido doscientos años de democracia, de libertad, con todo lo que ha ocurrido en esta larga historia de la vida. Tuvimos un golpe de Estado que fue muy brutal, quizás el más grande en Latinoamérica, precisamente contra un presidente democrático y socialista en 1973”.







Una mirada histórica: el rol de la plebe en las revoluciones

“Hablar ahora de la conmemoración, es hablar de la celebración de la oligarquía, que durante 200 años ha logrado mantener dominado al pueblo; pero no es una conmemoración en la que el pueblo tenga mucho que decir, salvo la fiesta”, señala Leonardo León, historiador de la Universidad de Chile.

En entrevista, el autor de Bajo Pueblo y Cabildo en Santiago de Chile Colonial, 1758-1768 expresa una perspectiva histórica desde el estudio de la plebe, de tal forma que, da una interpretación poco oficial al bicentenario chileno, al expresar que “a revolución que tuvo lugar en el país fue una lucha política que simplemente dejó en manos de la aristocracia, lo que le faltaba de poder político”.

“El conocimiento que se tiene sobre el proceso independentista de Chile, proviene de la historiografía o de la historia republicana del siglo XIX, que es una historia que desde un punto de vista de clases, refleja los intereses, las intenciones y las percepciones de quienes ganaron la revolución”, detalla.

El historiador señala que, el 18 de septiembre de 1810, la gente habla de celebrar el bicentenario de independencia, pero en esa ocasión, lo que se llevó a cabo fue la reunión de una Junta de Gobierno, un acto muy institucional de elección de un grupo de notables para eligir a la ciudad frente a la acefalía administrativa en que se encontraba el imperio. Pero la independencia, propiamente tal, se declaró en Chile a comienzos de 1818”.

Desde un enfoque de estudios de clase, el académico, califica al Bicentenario como “una fiesta de la oligarquía que de instala un gobierno oligárquico que en Chile se llama precisamente un gobierno conservador u oligárquico que perdura durante el siglo XIX”.

“¿Qué problema fundamental es el que se debía resolver? -ya sea instalando un sistema monárquico o un sistema republicano-. Mi interpretación es que el problema que se debía resolver era qué hacer con la plebe”, cuestiona.

“Y entonces, en el qué hacer con la plebe en Hispanoamérica, desde mediados del siglo XVIII era el gran problema que se venía planteando, ¿qué hacer con este mundo mestizo, popular, masivo, que está fuera de control, que reproduce su cultura, el mundo ajeno al mundo de la aristocracia, que tiene su propia economía y que vive de un modo autónomo en la sociedad colonial?

“¿Qué hacer con ese mundo mayoritario que no se somete a los dictados de la aristocracia?, entonces, pienso en Túpac Amaru, en los comuneros, en el cura Hidalgo, en los llaneros de Venezuela, en los gauchos de Argentina, Uruguay y Paraguay. Entonces, yo diría que las revoluciones americanas de 1810 son movimientos políticos de la aristocracia dedicados a prevenir un alzamiento masivo de la plebe. Y eso perdura hasta hoy en día, entonces el gran problema es éste”, sostiene.

“Y lo solucionaron entre ellos, -continúa- las fracciones de la oligarquía. En una palabra, se instala una dictadura aristocrática a través de una dictadura en América Latina”.

Desde la perspectiva de León, “la revolución de independencia tiene un mal nombre, esto es un golpe de Estado, porque nunca constituyeron una reforma social y por eso, cuando en México se levanta el país en 1910 con la revolución mexicana, esa sí que fue una revolución social, que haya fracasado, otra historia; pero ahí de nuevo surge en América Latina que la lucha debe ser por la justicia y no por capturar el poder.

“En Chile, cuando se hizo un intento de revolución, terminó con bombardeos al Palacio de Gobierno y la muerte del presidente constitucional Salvador Allende en 1973; se conoce muy bien la sangre que corrió cuando el pueblo intentó hacer justicia y cuando el pueblo pretende ser libre y esa, es la historia de América”.